6 de Marzo de 2021
Cochabamba Bolivia
En un día soleado de primavera, el profesor Vladimir Gutiérrez, catedrático de Sociología Jurídica, se preparaba para impartir su clase virtual en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). La pantalla de su computadora mostraba un mosaico de rostros expectantes: estudiantes con sus cámaras encendidas, listos para sumergirse en el mundo del derecho desde la comodidad de sus hogares.
El profesor Gutiérrez, siempre apasionado por su materia, había adaptado su estilo de enseñanza al entorno virtual. Su voz resonaba con entusiasmo mientras explicaba conceptos legales, y su pizarra digital se llenaba de notas virtuales. Sin embargo, ese día, algo inusual estaba a punto de suceder.
El reloj marcaba las 10:00 a.m., y la clase estaba en pleno desarrollo. Los estudiantes seguían atentos, tomando apuntes y participando activamente en el chat. Pero entonces, un aroma peculiar comenzó a llenar la habitación virtual. El profesor Gutiérrez, sin darse cuenta, había colocado una taza de café cerca de su teclado, y el líquido caliente se esparcía lentamente.
Fue entonces cuando ocurrió: el profesor, al intentar tomar un sorbo de su bebida, tropezó con los cables de su computadora y derramó el café sobre su camisa blanca. La mancha se extendió rápidamente, y el profesor, visiblemente sorprendido, intentó disimularla mientras continuaba su exposición.
Pero eso no fue todo. El profesor Gutiérrez, afectado por la situación y quizás por la tensión de la clase virtual, decidió tomar un descanso. Se levantó de su silla y se dirigió a la cocina. Los estudiantes observaban perplejos mientras veían al docente abrir una botella de vino tinto y llenar una copa. El profesor, sin inhibiciones, brindó frente a la cámara y tomó un sorbo.
La clase quedó en silencio. Los estudiantes no sabían si reír o preocuparse. Algunos murmuraban entre ellos, mientras otros compartían capturas de pantalla en las redes sociales. El profesor Gutiérrez, ahora con una sonrisa un tanto desequilibrada, regresó a su silla y retomó la clase.
“Estimados alumnos”, dijo con voz solemne, “hoy exploraremos el concepto de responsabilidad civil. Y, como verán, la vida nos presenta situaciones imprevistas”. Los estudiantes no podían creer lo que estaban presenciando: un docente de derecho, con una mancha de café en la camisa y una copa de vino en la mano, hablando sobre responsabilidad legal.
El incidente se volvió viral en las redes. Los memes y los comentarios inundaron las publicaciones relacionadas con la UMSS. Algunos defendían al profesor, argumentando que todos merecemos un momento de relajación en medio de la enseñanza virtual. Otros cuestionaban su profesionalismo.
En retrospectiva, el profesor Gutiérrez admitió que había aprendido una valiosa lección: la virtualidad no elimina nuestra humanidad. Los errores y las situaciones inesperadas pueden ocurrir en cualquier contexto, incluso en una clase virtual de derecho. Y, a veces, un sorbo de vino puede ser la mejor manera de enfrentarlos.
Así concluyó la inolvidable clase del profesor Gutiérrez, donde el derecho se mezcló con el café y el vino, y la pantalla se llenó de risas y asombro.
Comments